La Blefaroplastia, también conocida como la cirugía de los párpados, es una técnica que busca reducir el exceso de piel y bolsas de grasa en las zonas de los párpados, superiores o inferiores. Esta acumulación de piel/grasa es un efecto muy habitual del paso del tiempo, dando un efecto completamente antiestético para el rostro, consiguiendo que éste presente un aspecto mucho más envejecido y con una característica sensación de cansancio.
Esta intervención se puede llevar a cabo en cualquier momento y es que no hay una edad más recomendada que otra para someterse a la misma. La aparición de bolsas bajo los ojos es algo que se puede ocurrir tanto en edades tempranas, como en edades más adultas. Eso si, son más habituales en pacientes de más edad: cuando los tejidos de esa zona se van relajando, se irán acentuando las bolsas y se presentará más piel en exceso.
La Blefaroplastia está considerada como una cirugía breve, con mínimos riesgos asociados y con un postoperatorio bastante sencillo, con resultados duraderos. También debes saber que la técnica se puede aplicar de manera individual, o bien se puede combinar con otras técnicas estéticas para conseguir mejores resultados.
¿En qué consiste una blefaroplastia?
La Blefaroplastia es un procedimiento quirúrgico que se basa en la extirpación de la piel sobrante de los párpados, buscando conseguir que se recupere la tensión normal del músculo de esa zona. Si fuera necesario, en el mismo proceso también se pueden extirpar bolsas de grasa (sobre todo si éstas tienen unas dimensiones considerables).
La intervención se puede llevar a cabo siguiendo dos procesos:
Por vía externa: Este proceso requiere que se practique de una pequeña incisión en la zona de debajo de las pestañas. Se utilizará ese pequeño corte para la extracción de las bolas de grasa. Una vez que se haya hecho, se procederá con el cierre practicando una sutura muy fina. Además, se aprovecha el mismo procedimiento para tensar la piel.
Por vía interna: Se hace una incisión, esta vez en la zona interior del párpado. No genera herida externa, por lo que la extracción de la grasa se hará a través de la mucosa interna. A diferencia de la técnica anterior, esta no requiere de sutura, ya que el tejido cicatrizará a la perfección por sus medios naturales.
El paciente necesitará de unas lentes de contacto especiales para someterse a esta última intervención. El cirujano aplicará gotas anestésicas para “dormir” la zona antes de empezar a trabajar.
El procedimiento de la Blefaroplastia por vía interna es el más habitual en personas menores de 45 años, aquellas que no necesitan que se extirpe la piel.
La duración de la intervención es de entre 30-60 minutos; esta dependerá de si en la operación se tratan los 4 párpados al mismo tiempo, o si sólo se tratarán los superiores o inferiores.
Preoperatorio
En la primera consulta se evaluará el estado de los ojos del paciente (es decir, se estudiará tanto su grado de visión, el nivel de producción de lágrimas, o posibles problemas de índole infecciosa que se puedan llegar a producir), además de determinar cuál es el estado de salud global del paciente.
El cirujano preguntará al paciente si fuma, si toma alcohol, si utiliza gafas, lentillas, si consume medicamentos, si tiene alergias, etc.
Una vez haya terminado este estudio inicial, el especialista nos indicará algunos cuidados básicos a seguir antes de la operación: por ejemplo, habrá que asegurarse de que la piel está limpia y correctamente hidratada, libre de cosméticos o de lesiones. En relación a los ojos, habrá que controlar que no se produzca ninguna infección que requiera de avanzados cuidados.
Una vez que estemos listos para la operación, el cirujano se asegurará de que todo va bien haciéndonos algunas pruebas sobre nuestro sistema respiratorio, cardíaco y circulatorio.
La anestesia de la Blefaroplastia será local y se aplicará únicamente en la zona que se vaya a tratar. La idea es que el paciente esté despierto, pero sedado. No obstante, dependiendo de la situación, es probable que el especialista requiera usar anestesia general.
El paciente debe quedarse tranquilo, ya que no experimentará ningún tipo de dolor durante la intervención. Los ojos estarán protegidos en todo momento.
Postoperatorio
Finalizada la operación, el paciente tendrá que estar ingresado 24 horas.
En el caso de que se hayan tratado los párpados inferiores por la técnica de la vía externa, los ojos tendrán que estar tapados durante el primer día.
Siempre y cuando no se produzca ningún tipo de complicación, el paciente será dado de alta al pasar un día.
En los primeros días después de alta es común notar algunas molestias sobre los párpados. El cirujano ya habrá informado al paciente de ello, además de haberle dado ciertos medicamentos que los aliviarán sin problema.
Durante el postoperatorio de la Blefaroplastia es importante que el paciente mantenga la cabeza elevada y que aplique compresas frías durante varias veces al día. Estas se deben de mojar en agua o en manzanilla fría y aplicarlas con los ojos cerrados. La combinación del frío y humedad ayudarán a que los párpados se puedan deshinchar, además a eliminar las secreciones que se puedan producir. Se recomienda aplicar las compresas con una frecuencia de 2-3 veces por la mañana y 2-3 veces por la tarde.
Si se presenta irritación en los ojos, signos de infección o conjuntivitis, o diferentes reacciones a la anestesia, convendrá ponerse en contacto de inmediato con el especialista antes de que la cosa pueda ir a más.
Hasta que hayan pasado 2 meses se tendrán que usar gafas de sol grandes para protegernos de la luz. Unos 10 días después de la operación ya nos podremos maquillar para cubrir los restos de hematomas y cicatrices si todavía se viese.
No se podrá volver a ver la TV hasta 24 horas después de la operación, a leer hasta 48 horas después y volveremos al trabajo una vez que haya pasado entre 5-7 días.
En esto consiste una operación de Blefaroplastia.