La liposucción, que también se conoce como lipoescultura, es seguramente uno de los tratamientos más populares en la actualidad contra al grasa que se va almacenando en nuestro cuerpo y que no conseguimos eliminar.
En ocasiones, a pesar de que realicemos descomunales esfuerzos en términos de una dieta equilibrada y sana y mucho ejercicio, no conseguimos eleminar grasa en algunas zonas concretas de nuestro cuerpo, en ese tipo de situaciones es cuando se suele recurrir a la liposucción, que resulta muy efectiva para eliminar toda esa grasa sobrante que no deberíamos tener en el cuerpo.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que estamos hablando de una intervención quirúrgica, por lo que de forma obligatoria tiene que ser supervisada por un equipo médico que nos asesorá en todo momento, y será un cirujano el que realizará la intervención para aspirar la grasa de nuestro cuerpo. El asesoramiento del equipo médico será completo, cuando llegamos a una clínica de un especialista con algún problema de obesidad, que queremos solucionar a través de una liposucción, porque se ha convertido en un serio problema de salud, o simplemente porque como comentamos anteriormente, no somos capaces de hacer frente a la eliminación de esa grasa a través de la dieta o el ejercicio, es entonces cuando el médico nos recomendará realizar un tratamiento de este tipo.
Para ello el médico hará una evaluación completa de nuestra situación para verificar que no hay ninguna contraindicación que pueda hacer que la intervención resulte perjudicial para nosotros.
¿Cómo es el proceso de la liposucción?
El procedimiento para hacernos una liposucción es un procedimiento clínico, lo primero que ocurre es que se hace una valoración de nuestro perfil de forma muy exhaustiva, por un lado se revisa todo nuestro historial clínico, para analizar posibles alergias que podamos tener, medicamentos que hayamos tomado o que estemos tomando, todo nuestro historial clínico para encontrar posibles puntos incompatbiles con el tratamiento y demás, en definitiva, se hace una valoración completa nuestra para determinar si efectivamente somos aptos o no.
También se valora la forma que se va a tratar, hay que tener en cuenta que es posible, porque el especialista así lo valore, que haya más riesgos de lo habitual por lo que sea y por lo tanto la intervención no se llegue a realizar, no suele ser habitual pero el proceso es muy minucioso para evitar riesgos para nuestra salud, a su vez se evalúa el estado de nuestra piel para garantizar que todo se quedará como debería.
Una vez que todo se encuentra en perfectas condiciones y que hemos acordado realizar la intervención, nos citarán en un quirófano en un día concreto para que se realice la intervención, los quirófanos están ubicados en clínicas u hospitales, por lo que contaremos con todas las garantías sanitarias posibles.
La intervención en sí es relativamente sencilla desde el punto de vista profesional, hay que tener en cuenta que los cirujanos que se dedican a ello tienen mucha experiencia y primero introducen una cánula, que es un pequeño tubo que utilizan los cirujanos, y que les va a permitir ir extrayendo al grasa que se ha ido acumulando en esa zona que queremos tratar.
¿Qué ocurre después de la intervención?
Una vez que nos han retirado la grasa de la zona de la que se tenía que extraer, se nos proporciona una faja de compresión que vamos a llevar sobre la zona de la que nos han extraído esa grasa, hay que tener en cuenta que se produce en nuestro cuerpo una descompensación respecto a como se encontraba antes todo debido a que la extracción de grasa produce una diferencia significativa, de esta forma necesitamos contener adecuadamente nuestro cuerpo y para ello usamos la faja que aproximadamente se mantiene durante un mes para evitar problemas y que todo se quede en su sitio.
A pesar de que a priori pueda parecer algo aparatoso, tanto la operación como el hecho en sí de tener que llevar una faja, la recuperación después de hacernos la liposucción es mucho más sencillo de lo que parece y no suele tener grandes complicaciones, al contrario, se trata de un periodo de recuperación tras una operación que suele pasar rápidamente y que si seguimos todas las indicaciones que el cirujano nos indica cuando terminamos y en las revisiones, no debería presentar ningún problema para nosotros.
Hay que tener en cuenta que una vez que ha pasado la intervención, siempre estaremos algo ansiosos por vernos y ver los resultados que se han generado, pero es conveniente dejar pasar el tiempo y una vez que nos quitamos la faja, aproximadamente un mes después de que se haya producido la intervención, es cuando veremos los resultados, ahí podremos notar el gran cambio que ha experimentado nuestro cuerpo y podremos ver de una forma muy evidente y directa como esa incómoda grasa de la que no conseguíamos librarnos de ninguna forma se ha ido finalmente.
Tenemos que tener en cuenta que después de una intervención de este tipo, que lógicamente tiene algo de complejidad ya que requiere de una intervención quirúrgica, tenemos que tratar de poner todo de nuestra parte para que los resultados que hemos conseguido se mantengan en el tiempo, no sirve de nada que si después de hacernos una intervención de este tipo, llevamos unos hábitos de vida poco saludables y nos dedicamos a comer como si no hubiese un mañana.
Al contrario, lo que debemos hacer es comenzar a introducir el ejercicio en nuestra vida en caso de que no lo hayamos hecho, lógicamente de forma prudente tras la operación, pero podremos comenzar a realizar ejercicio más intenso una vez que haya pasado el tiempo, y también es fundamental comenzar a llevar hábitos alimenticios lo más saludables posibles, aprender a comer será la mejor combinación posible, junto con el ejercicio, para que nuestra operación de liposucción muestre todo el potencial y el beneficio que ha supuesto para nuestro cuerpo a nivel estético y para nuestro organismo.