Una otoplastia es un procedimiento que se especializa en el recolocar las orejas de soplillo prominente, o también las que acaban en forma de soplillo a una más normal. También es una intervención que ayuda a reducir el tamaño de las orejas, en el caso de que el de estas sea demasiado grande.
Lo más normal es que la cirugía se realice en niños que tengan desde 4 a 14 años; en aquellos que ya tienen este problema en las orejas, o se prevé que lo vayan a tener con el paso del tiempo. También es un tipo de intervención que se puede hacer en adultos sin que entrañe ninguna complejidad.
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¿En qué consiste una otoplastia?
La otoplastia es una intervención con un largo recorrido. Se tienen referencias de que las primeras intervenciones se llevaron a cabo en la India, a lo largo del siglo V a.C, con las técnicas rudimentarias de por aquel entonces. Más adelante se empezaron a extenderse por Occidente, gracias a la colonización británica. Sin embargo, no encontramos ningún testimonio aludiendo a ella cómo una cirugía estética hasta el año 1845.
A día de hoy existen más de 170 técnicas de otoplastia que se utilizan para corregir los problemas ya citados, adaptándose a los diferentes defectos y alteraciones que pueda tener la aurícula. Por lo general, estas técnicas se pueden dividir en técnicas de sutura (que son la que se utilizan para cambiar la proyección y el ángulo de la oreja), en técnicas de práctica (que se basan en la realización de incisiones en el cartílago, consiguiendo que este sea más flexible y fácil de remodelar) y técnicas que se encargan de cortar y de retirar una parte del tejido cartilaginoso de la oreja.
La otoplastia se suele recomendar para corregir aquellas orejas que tienen una proyección superior a los 20 mm y/o un ángulo superior a 35ºC de hueso occipital de la cabeza.
Como ya hemos descrito al principio del texto, las alteraciones más habituales de la oreja es el tratamiento de las orejas en asa o en forma de soplillo. Una intervención que las corrige consiste en practicar una incisión en la zona superior de la oreja (aquella comprendida junto al hueso). Se irá estirando de forma ligera el cartílago con el propósito de que éste pierda algo de fuerza elástica y así, conseguir que adopte la forma deseada. La piel restante será resecada y dependiendo de cada caso, es posible que se desee retirar cartílago de la concha, logrando que la oreja esté más cerca de la cabeza.
Lo más habitual es que se utilice anestesia local. Como es una cirugía que se practica normalmente en niños, es bastante común aplicar una leve sedación, para así aliviar la ansiedad inicial, consiguiendo que el paciente esté tranquilo en todo momento, pero sin llegar a dormirse.
Suele tener una duración aproximada de entre una hora y hora y media.
La sutura, como se lleva a cabo detrás de la oreja, será prácticamente invisible.
Post-operatorio de la otoplastia
Una vez que la intervención de la otoplastia haya concluido, el paciente tendrá que llevar un vendaje acolchado durante un tiempo de entre 48 y 72 horas. Cuando se retire se notará una ligera inflamación en la zona de las orejas y será irá remitiendo en los días siguientes.
Los puntos de sutura no se podrán retirar hasta pasados unos 12 días (aunque también es posible que el cirujano utilice puntos absorbibles y así no tendrán que retirarse).
Es común presentan una reducida sensibilidad de las orejas, pero ésta se irá recuperando poco a poco, con el paso del tiempo.
Durante las primeras semanas habrá que usar una cinta elástica para que las orejas se mantengan en la posición correcta, durante las 24 horas del día. Tan sólo se podrá retirar si la presión es elevada, pero siempre durante poco tiempo.
El paciente tendrá que extremar las precauciones sobre todo al lavarse el cabello, evitando que el agua o los productos que utilice puedan llegar a afectarle a las orejas.
La operación suele ser exitosa en la mayoría de los casos. Sin embargo, entre un 5-7% de los mismos la oreja puede volver a su posición de inicio. Si esto ocurriera, una vez que haya pasado unos 6 meses desde la intervención, el paciente se tendrá que someter a una segunda intervención para corregir el problema.
Algunas preguntas-respuestas que debes saber sobre la operación de la Otoplastia. Contraindicaciones y más
¿Cuál es el tipo de otoplastia más común?
La operación de las “orejas despegadas” (separadas, en asa, de soplillo, prominentes…). En ella, el cirujano practicará una incisión detrás de la oreja para remodelar el cartílago, tal y como ya hemos visto en los puntos anteriores.
¿Cuál es el tamaño ideal para las orejas?
El tamaño dependerá de la altura de cada persona, de su sexo, del tamaño de la cabeza. Por lo general, para una altura media, el tamaño de las orejas debería de ser de entre 5.5-6.5 cm con un ancho de 3-4,5cm. Debe de existir una equivalencia con la altura de la nariz.
¿Las cicatrices se van a notar?
Para ser francos, la otoplastia si que deja una cicatriz, pero esta está situada detrás de la oreja, un lugar que no va a ser observado por nadie por lo que, en la práctica, es como si fuera invisible.
¿Puede producirse algún tipo de complicación o contraindicación?
Es una intervención bastante sencilla, por lo que la probabilidad de que se complique es remota.
Aparecerá un pequeño hematoma que debería de desaparecer con el paso de los días. Es raro que se produzca alguna infección o problemas variados de cicatrización pero, como en cualquier otra operación, podría pasar. En cualquier caso habrá que estar tranquilos y acudir al cirujano cuanto antes. Sin embargo, esta infección ya suele preverse tomando antibióticos 20 minutos antes de la cirugía.
¿El resultado es permanente?
Sí, con el procedimiento de la otoplastia se nos garantizan resultados visibles toda nuestra vida.